La Calata Culta Miércoles, 9 abril 2014

Hernán Migoya: «Alan García es un buhonero de pueblo»

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.

Escribe: Leslie Guevara

«Sin represión no hay cultura. No hay creatividad. Las sociedades que más progresan son las más reprimidas. Ejemplo: Japón y EEUU. Son los dos países más punteros. La represión sí es buena, porque alimenta la creatividad. Si no, te pasas todo el día follando y no haces nada. Disfrutas más la vida pero te quedas más animal”. Hernán Migoya

Esta tarde me he encontrado en un café de Lince con el español Hernán Migoya. Hombre multifacético y talentoso: escritor, guionista de cómics y director de cine. Mis impresiones iban cambiando según iba escuchándolo, ja. Porque claro, iba pensando, toda prejuiciosa yo, él podría ser un gran pendejerete, quizá esté medio jodido realizar la entrevista, pero las cosas han fluido con naturalidad. Mantiene un humor ácido y tierno, así que todo bien. Pude hacerle preguntas a más profundidad sobre sus libros, como había pensado la noche anterior mientras hacía mi última pis, pero me dejé llevar por mi curiosidad nomás… Este mes, una editorial española publica una adaptación en formato de novela gráfica de su libro Todas putas realizado por un colectivo de autoras de historieta. Entonces, hemos conversado.

© David Campos

© David Campos

¿Qué te parecen los limeños?

Parece que todos tienen algo que esconder. Me gusta el rollo peruano de “sabemos lo que hacemos puertas adentro, pero todo está bien”. Como si todos estuvieran agarrándose de los huevos unos a otros: ¿nos vamos a hacer daño, compañeros?

¿Te sientes un referente literario – libertino para las nuevas generaciones?

Estoy en ésas, sí. Puedo funcionar como libertino, si se quiere ver así. Pero ustedes tuvieron su Bryce Echenique. Es un tipo brillante, un vividor pituco, aunque el paso del tiempo es para todos. Yo recuerdo cuando lo conocí hace diez años: estaba rodeado de aduladores que le llenaban el vaso de whisky todo el día. Es normal que te vuelvas un gilipollas cuando estás rodeado de gente que te ríe todas las gracias. Pero tiene una entrevista en los años 70 a César Hildebrandt que es puro genio, un dechado de pensamientos brillantes. Y luego, además tenéis a Jaime Bayly: en España no existe nadie tan libertino ni descarado como Bayly. ¿Sabes qué tiene Bayly que no tiene nadie en España? Él es mega aristócrata. Es súper clase alta y no lo oculta. Allí lo matarían, lo hubiesen hundido como a Ricardo Bofill Jr. Porque allí odian a los ricos. Todavía odian más a la gente a la que le gusta ostentar que es rica y se lo pasa bien.

Me gusta que los hombres hablen en la cama, que te digan puta y luego hagan cariñito. ¿Esa es, no?

Eso lo puedes decir tú, porque eres mujer. Pero yo no puedo salir a la calle y decir eso a los cuatro vientos, porque me linchan. A ver, la palabra “maricón” era denigrante en España hasta que se la apropiaron los gays. Ahora solo se atreven a utilizarla los gays. Porque la ofensa está en el tono, no en la palabra. Si el ofendido se apropia de esa palabra y la hace suya, le mata todo el efecto nocivo. Por eso yo creo que es muy sano que las mujeres cojan la palabra “puta” y se adueñen de ella, como hacen muchas artistas. Hay muchas reafirmaciones femeninas con ese término: SÍ, SOY PUTA CUANDO QUIERO, CUANDO YO LO DECIDO. De hecho, ya hay hasta una Marcha de las Putas a nivel internacional. “Todas putas” también es una reivindicación del término. Viene a ser la versión española del “Soy soltera y hago lo que quiero”. Aunque yo creo que hasta las casadas deben hacer lo que quieren.

Hay vergüenza, pues.

A ver, todo el mundo tiene derecho a decir lo que quiera decir. Lo que hay que hacer es enseñar que la promiscuidad o la libertad sexual no son malas per se, ni en el hombre ni en la mujer. Cuando se enseñe eso, la palabra “puta” perderá todo efecto hiriente. Lo que hacen los biempensantes derechistas e izquierdistas censurando a los que usamos la palabra puta es perpetuar el significado retrógrada de la palabra, en vez de desactivarla. Lo que tienen que hacer es usarla mucho. Y lo que hacen es convertirla en un tabú.

¿De eso hablaba Michel Foucault, no?

Ni puta idea, sólo leo escritores de ficción. Yo tengo amigos gays que les dicen a las chicas “uy, qué puta estás hoy” y ellas se ríen. A las chicas les encanta, siempre que el tono sea cordial y en confianza, que no haya rijosidad y regodeo de un animal machista deseando degradar con el comentario. Hace poco, saliendo con mis amigos gays de Barcelona, llegó una chica preciosa que no nos conocía a todos: se sentó a mi lado en la terraza de un bar y empezó a posarme sus manos sobre el muslo, en el pecho… convencida de que yo también era gay. Me volteé y le dije: “Oye, chavala, si sigues toqueteándome así, se me va a poner dura”. Se ruborizó como una colegiala virgen y no volvió a dirigirme la palabra en toda la reunión. Muchas mujeres usan a los gays para sentirse femeninas sin el plus de amenaza que supone siempre un heterosexual. Eso nos da rabia a los que somos heteros, claro, porque si yo hago eso mismo con ella, me mandan a la cárcel directamente.

Siempre me ha dado curiosidad esto: ¿en la cama una chica te ha orinado?

En la cama no, por no poner la cama perdida. Pero me pone un montón ver orinar a las chicas y alguna barrabasada hemos hecho. A mí me vuelve loco todo lo que tiene que ver con la mujer asumiendo la desnudez con naturalidad. La escena más excitante que he visto nunca en una calle de Barcelona fue contemplar a una amiga, una actriz de teatro, orinando en la Plaza del Sol para provocarnos a los amigos, abierta hacia nosotros. Fue demencial. ¡Qué bonito tener amigas así!

 

Te pasaste de pendejo en el reportaje “Milagro Peruano” que hiciste allá por el 2010, se te veía feliz.

Sí, pues. Ahí me salió un dancing espectacular. Karen Dejo pasó de mí como la mierda. Ollanta y Keiko, curiosamente, fueron los únicos políticos entrevistados que estuvieron a la altura. Los dos se mostraron serios y no hicieron el ridículo. Los demás políticos cayeron de bruces.

Vi que le soltaste un piropo a Keiko.

Es que a mí me pone Keiko, me recuerda a la hija de Fu Manchú. Me produce mucho morbo saber quién es y ese aura misteriosa que la rodea, casi de villana de literatura pulp. Me despierta ternura. Dan ganas de redimirla a besos.

Yo no sé tanto de política, hablo desde el criterio nomás. Me parece que el presidente Humala es el más moderado que ha tenido el país. ¿Qué crees tú?

Yo lo único que realmente digo –opinando un poco desde afuera, que tampoco tengo mucho derecho a opinar– es que la gran deuda pendiente aquí es la educación, y luego descentralizar. Pero dentro de todo, Ollanta me encanta. Me parece una persona honesta. El tema de las funciones de Nadine sí podría ser criticable, pero los dos proyectan al exterior una buena imagen del Perú. Y los dos son muy guapos.

¿Qué opinas de Alan García?

Para mí Alan es un charlatán. Es el símbolo de todo lo que tiene que superar el Perú como país moderno. Buhonero de pueblo que convence de que tiene el elixir maravilloso. Esa manera de hacer política, a base de retórica hueca, ya es obsoleta. Y creo que tiene que haber ya nuevos candidatos que demuestren que existe otra manera de hacer política con seriedad. Alan debería estar lanzando en TV una nueva edición de Ferrando: un sustituto moderno.

¿Y cómo lo paramos?

Mi ilusión a largo plazo es Nadine o un tercer candidato nuevo por salir. Como mal menor, eso sí, yo prefiero a Keiko que a Alan. Si al final sale Alan, la hemos jodido: todo seguiría igual por otra década. Si sale Keiko, en cambio, al ser la “mala” oficial, creo que todo el mundo se le pondrá en contra en un solo frente común, y eso es buenísimo porque saneará la política un montón: se verá claro quiénes apuestan por unos partidos políticos sin corrupción. Ojalá, eso sí, aparezca un nuevo candidato no populista, alguien con cabeza y buena imagen. Y que cocine rico, ja ja ja. Eso de que cocine rico es broma…

¿Qué piensas del presidente Nicolás Maduro?

Yo ya sentía bastante desprecio por Chávez, pero Maduro es como Chávez sin espina dorsal. El colmo de un líder comunista o antiimperialista debe ser parecerse al puto Ronald McDonald, como él. No sé, yo no suelo informarme, no leo diarios excepto El Trome, no me informo tanto, porque nunca me ha interesado en exceso la realidad. Pero a mí me da mucho miedo cuando el Estado dice yo voy a controlar los medios de comunicación. Pero, a ver, cuando alguien te da discursos de ocho horas… ya solo por eso que me dejen cambiar de canal. Si no me dejan cambiar de canal, eso para mí ya es una dictadura. Yo no quiero ver a un señor tan feo ocho horas.

 

Yo solo soy un español que pasaba por aquí, no me vayáis a joder con tu entrevista, van a decir “este puto chapetón qué viene a opinar”…

 

¿Eres españolista?

Yo soy españolista casi a mi pesar por tradición de mi familia, y porque nací en un país que se llama España, donde me dijeron que podía ser también catalán y bilingüe: pero no, ahora la consigna en Cataluña es acabar con el bilingüismo, porque aseguran que sólo así el catalán puede sobrevivir y la comunidad autónoma llegar a ser nación. Eso no es lo que me dijeron a mí cuando me convencieron de que fuese bilingüe. Siendo de Cataluña, últimamente en Barcelona me sentía como un ciudadano de tercera clase. Todas las parejas de amigos castellanoparlantes que tienen hijos les están hablando en catalán, acojonados de que luego sean marginados. Y si te quejas, los separatistas te dicen cosas como “franquista”, “facha”, ja ja ja. En fin, que les den por culo. No quiero perder otro minuto de mi tiempo con esas bobadas de luchas provincianas por una u otra bandera. Y te lo dice alguien que se jacta de tener amigos de derechas, de izquierdas, españolistas, independentistas catalanes, independentistas vascos, anarquistas y lo que sea: siempre que sean antiviolencia. Pero me he venido aquí porque me siento mucho más cómodo. Lamentablemente, lo que resulta peor aún para todos, hoy el pueblo español se odia a sí mismo. Es un país de locos. Las dos comunidades más importantes del país no se consideran pertenecientes al país, pero no se van. Yo por eso soy tan poco crítico con EEUU, porque me he dado cuenta de que los nacionalismos internos en España empezaron cuando España perdió las colonias. Y cuando a España le empezó a ir mal, todos comenzaron a querer independizarse. En el fondo, por muy progresistas que digan que son para limpiar su fanatismo patriotero, todos los nacionalistas son imperialistas. Todos quieren eliminar a los que no somos iguales para cumplir su sueño unificador y homogéneo. A mí ya me han eliminado, de hecho.

Pero aquí en Perú no creo que te llamen fascista.

No. Aquí todos los catalanes somos españoles, mal que les pese a muchos. ¿Cómo os van a hacer creer que el Virrey catalán que tuvisteis fue también un oprimido por la Corona española?. En Perú, al contrario que en España, sí me consideran español… y, por desgracia, blanco. La primera vez que me dijeron “tú eres blanco” fue aquí en Lima. A mí nunca en mi vida me habían dicho que era blanco. Yo no tenía ningún concepto de raza. Para mí esa es la gran lacra del Perú de hoy. Porque el día a día ha formateado mi cerebro, de manera que ahora me fijo en cosas en las que antes no me había fijado. Cuando ya empiezas a fijarte en eso de los colores… yo no tenía eso, ninguna consciencia de los grados de tono de piel. Nadie se fija en eso en España. El único racismo que hay allá es contra los moros. Y yo tengo sangre mora, así que a mí ese racismo no me incumbe, no podría ejercerlo.

¿Cómo te das cuenta de que son moros?

Bueno, yo me di cuenta básicamente cuando juzgaron a los moritos acusados del atentado del 11M, el del tren de Madrid. En la jaula del juzgado había sentado uno, y yo me cagué de miedo porque era igualito a mí. Era calvo, cabeza redondita, ojeras. Pero bueno, todos los españoles tenemos sangre arábiga, ni yo sé por qué hay tanta rabia contra los marroquíes. Luego están los gitanos, solo que a los gitanos se les evita porque se les tiene miedo.

¿Qué criticas de tu país?

Que el odio a nosotros mismos sea lo que nos mantiene unidos.

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.