La Calata Culta , noticias Viernes, 3 noviembre 2017

Termino acá y vamos

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.

Ilustración: Beereuno

Corre viento. El store se mueve. Es como si el store estuviera diciendo Hola, Saturna. Y yo le digo Hola, store. ¿Todo bien? Y el store me dice Sí, todo bien. Estoy echada en mi cama, sin ropa, acabo de bañarme. Me acaricio la vagina. Me gusta el olor de mi vagina. Es un olor ácido y dulce. El olor es como si una mandarina y una papa nativa hubieran sudado tres horas dentro de una bolsa de plástico. De pronto escucho que un ave aletea, aletea fuerte cerca de mi ventana, como si alguien le hubiera dicho Fuera ave, fuera. Si yo tuviera un ave no le diría Fuera. Quisiera tener un loro. Lo observaría mientras se baña en su baldecito rosado. Antes tenía un loro. Mi loro se llamaba Pancho. Era de cabeza roja y su mirada era desafiante. Recuerdo que a veces Pancho se escapaba a la casa del vecino y yo tenía que ir y decirle Mi loro está en su casa, ¿puedo entrar para sacarlo? También quisiera culear. Culear rápido y luego culear despacio. Eso me pasa cuando estoy ansiosa, quiero follar. Ayer follé. Follé fuerte. Follé rico. Qué chucha todo pensaba mientras él metía su pene en mi vagina. Yo quería olvidarme de mi existencia. Dejar de pensar. Creo que eso es lo que me gusta del sexo: me abstrae. Y ahora me duele la entrepierna. A lo lejos un hombre grita por un megáfono Equipo de primaria acercarse al carro rojo. Yo no me acercaría al carro rojo, me iría corriendo. A mí nunca me gustó el colegio. Yo creo que no debería existir el colegio. Los padres deberían educar a sus hijos en sus casas. Cada uno debería educarse. Me rasco la pantorrilla. Creo que anoche me picó un zancudo. ¿Y si no fue un zancudo? ¿Un hongo? ¿Un puto hongo? De pronto en mi mente escucho  la risa de mi amiga Kitty. Recuerdo que el otro día fuimos al parque que está a la vuelta de mi casa a tomar un ron. Ella me dijo mientras sujetaba el vasito de plástico Me gusta tomarme el semen de mi flaco. Y yo le dije ¿En serio?  Sí dijo ella. Yo me reí y le dije Aj. ¿Cómo que aj? dijo, ¿Tú no haces eso? Antes lo hacía, ahora lo uso como abono para las plantas. Eso es más asqueroso dijo ella y sacó un DVD de su bolso.

—Mira, compré esto.

—¿Bonsái? —le pregunté, y arrugué la nariz.

—Lo compré en el mercado Jorge Chávez.

—Manya, ¿y por qué lo compraste?¿Te gustan las novelas de Zambra?

—No, el chico que vendía las películas era venezolano y me daba risa su dejo.

Mi celular suena y veo un mensaje en la pantalla El taxi ya va a llegar. Me levanto de la cama y me pongo un short de jean y un polo plomo de tiritas. Guardo mi casaca rosada en mi bolso y salgo del departamento pensando Por fin, carajo. Bajo las escaleras y me sigue picando la pantorrilla. Salgo del edificio. Veo un auto color plata, es un Chevrolet con aros negros. Me subo. El taxista me dice Buenas tardes. Yo también le digo Buenas tardes. El auto avanza lento. Es un auto limpio. Parece recién lavado. Me acomodo en el asiento y pienso en Zambra. Yo lo he leído poco. Leí su libro de cuentos Mis Documentos y me gustó. El auto se detiene y atrás alguien toca el claxón. Estamos en semáforo rojo. Yo imagino que converso con Zambra. Imagino que caminamos por un puerto, son las 5 de la tarde y está corriendo viento. No sé si es el puerto de Chorrillos u otro puerto, de otro país, no sé. Me gustaría preguntarle qué dibujos animados le gustaba ver de niño. Qué googleaba cuando recién llegó Internet. Y qué estaba haciendo a los 27 años. También me gustaría meter la mano en el bolsillo de mi casaca e invitarle canchita chulpi. Levanto la mirada y me doy cuenta que el taxista me habla. Lo veo por el espejo retrovisor. No sé lo que dice pero me habla. Yo me saco los audífonos y le digo ¿Qué? ¿Qué? Él dice Vamos a entrar a la Panamericana, póngase el cinturón. Asiento con la cabeza y digo Ya. Estiro mi brazo y me coloco el cinturón. Y me doy cuenta de que me sigue doliendo la espalda. Desde hace días me duele la espalda. La vez pasada fui a la masajista y me dijo Tienes escoliosis. ¿Sabías? Y yo le dije No, no sabía. Luego entró a la habitación otra chica con pantalón blanco y le dijo ¿Vamos al chifa?  La masajista le dijo Espérame pues mientras apretaba mis hombros. ¿Te vas a demorar? le preguntó la chica. Termino acá y vamos dijo la mujer.

El taxista dice Hemos llegado.

Me bajo del auto.

Corre viento.

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Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.