La Calata Culta Miércoles, 4 marzo 2015

Salvador del Solar, de actor a director de cine.

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.

En faceta de galán.

Cuando era pequeñita veía la telenovela “Escándalo”, recuerdo que mi mamá me decía no veas esa novela, yo igual veía. Me gustaba Salvador del Solar, el actor de los labios delgados. Luego pasaron los años y vi “Pantaleón y las visitadoras”, recuerdo que Salvador me seguía gustando… Buen actor, decía yo, sabe enamorarte y sabe hacerse odiar. Ese actor lleva viviendo casi 10 años en Colombia. Ha dirigido su primera película, “Magallanes”, con la cual ha ganado el premio de Cine en Construcción en el Festival de san Sebastián. Y yo conversé con él por Skype, de Perú a Colombia.

 

¿Cuándo se va a estrenar “Magallanes” en Lima?

No tenemos fecha aún. La película está en post producción. Tuvimos la suerte de ganar el premio de Cine en Construcción en el Festival de san Sebastián, entonces ahora tenemos un nuevo co productor. Nosotros estábamos listos para terminar la película en Argentina, en noviembre, pero ahora nos manejamos con los tiempos de este nuevo coproductor: en todo caso, no debería pasar el mes de marzo. Allí decidiremos fechas de estreno y buscaremos festivales interesantes.

¿Recuerdas tu primer contacto con una cámara?

Fue en la universidad, era una cámara de video. Me parecía algo fascinante, aún estábamos en la era analógica. Pero siempre me ha atraído poder estar detrás de una cámara y registrar lo que pasa: aunque entonces pensaba simplemente en registrar cosas de la vida…

¿Por qué estudiaste derecho?

Porque me encantaba la idea de ser abogado.

¿Y qué pasó?

Dejó de encantarme, ja, ja, ja. Yo estudié con mucho entusiasmo, era estudioso y me fue muy bien. Tenía una participación que iba más allá de un alumno que tomaba clases, también fui parte de una revista, un tiempo estuve como jefe de prácticas. Era un entusiasta del asunto. En parte era porque en mi cabeza no tenía la opción de ser actor, aunque desde kínder hasta la universidad yo sabía que me gustaba actuar. Pero no lo contemplaba como una opción profesional. Pero la práctica de la carrera, en estudios de abogados, comenzaba a desencantarme un poquito.

¿Qué te desencantó?

En el mundo de la universidad puedes idealizar un montón de cosas. Puedes tener una discusión jurídica, tener una argumentación sobre el tema A o el tema B y defender tu posición. En la vida real muchos temas se deciden por asuntos ajenos a la argumentación. Entran a juego las influencias, te enteras de las trampas, de la corrupción, y yo no me sentía a gusto. Eso me revolvía el estómago.

¿Crees que el derecho influyó en tu carrera como actor?

Hay una parte del derecho que implica una formación lógica. Y la lógica puede ser muy útil para analizar el contenido de una escena. Para entender el rumbo que sigue un personaje a lo largo de una película. Parece mentira, pero es bastante útil.

¿A qué personaje de toda tu carrera como actor recuerdas más?

Recuerdo mucho una obra que dirigió Alberto Isola que se llamaba “Séptimo Cielo”, donde todos los actores hacíamos dos personajes. En el segundo acto yo hacía uno que se llamaba Edward, que me parecía un personaje conmovedor. Me parecía muy frágil, muy distante de mí. En televisión tengo un especial recuerdo de Lalo Dupont, un personaje que escribió Augusto Cabada para “Escándalo, que dirigieron Aldo Salvini y Lucho Barrios. Lalo Dupont era un antagonista muy especial, porque era torpe: era una especie de malo sin pólvora. Me divertí mucho haciéndolo. Evidentemente, en el cine Pantaleón es un personaje inolvidable para mí, y me abrió muchas puertas. Acá en Colombia hice una película, “Saluda al diablo de mi parte”: mi personaje era ultra violento, y sin embargo me parecía divertido. Y por último el personaje de Edo Celeste, que intérprete en “El Elefante Desaparecido”. Que también era en apariencia muy duro, pero en el fondo vulnerable.

Ejerciendo como director en «Magallanes».

¿Te cuesta mucho interpretar personajes de apariencia dura?

No, y no va por ahí lo que me interesa de un personaje: me interesa la historia de la que es parte, y las relaciones que tiene con los demás personajes.

¿Qué tal tu experiencia en El Capo 2?

Me gustó mucho trabajar en ese proyecto. Eso fue hace dos años, yo estuve en la segunda temporada. La serie ha tenido mucho éxito, tiene muy claro sus objetivos de entretenimiento y apuesta por una factura de calidad para llegar al mercado internacional. Hay rumores de que podría haber incluso una cuarta temporada.

¿Qué piensas del cine que se está haciendo en el Perú?

Siento que está dando pasos importantes: hay una buena cantidad de directores nuevos, y estos directores y directoras están apostando por géneros que antes no explorábamos. Estamos haciendo cine comercial con mayor comodidad, y también hacemos cine que busca su camino por el lado más artístico, de los festivales. El Estado da apoyo desde hace unos años, es muy importante aunque no sea suficiente, y el sector privado también está empezando a participar. Y el público ha empezado a responder de manera significativa para una serie de películas. Tenemos que reconocer que hay un momento muy bueno para nuestro cine: no debemos dormirnos en nuestros laurales, eso sí.

Como Edo Celeste, en la película peruana «El elefante desaparecido».

¿Solo se trata de apoyar al cineasta?

En mi opinión, no se trata solo de apoyar a los cineastas sino de apoyar a los productores. Los productores son los que pueden formar una industria, y no necesariamente son cineastas. La ley colombiana procura facilitar las cosas para los productores, para que impulsen su propio trabajo y den trabajo. Creo que es importante que el público vaya enamorándose de nuestro cine, y convocar a las empresas para que inviertan, dándoles beneficios tributarios. Y preparar a los jóvenes para que tengan cursos de guion y talleres de escritura, porque cuando tengan el dinero podrán hacer una película con nociones suficientes y con estándares dignos no solo de una sala local, sino en el extranjero.

¿Qué recursos se necesitarían para crear una industria del cine, entonces?

Nuestro país no tiene tantos recursos, y los recursos que se otorgan casi siempre tienen al cineasta en el centro: eso tiene buena intención, la película va a festivales y deja en alto el nombre del Perú. Pero luego esa película pasa, y no se construye encima necesariamente, porque estamos dando apoyo a talentos individuales y no a productores.

Con Damián Alcázar, Federico Luppi y Christian Meier, parte del elenco de «Magallanes».

En esta etapa de tu carrera, ¿qué significa la actuación?

Mi pasión. La razón por la cual dejé una carrera que estudié con esfuerzo. Considero que la actuación tiene que ver con  hacer llegar historias a los demás: me gusta hacerlo, adoro lo que hago.

¿Cuáles son tus películas favoritas?

Más de una de los hermanos Dardenne, “El Niño”, “El silencio de Lorna”. Me gustó muchísimo “Dos días, una noche”, con Marion Cotillard. Michael Haneke me encanta, “Amor” me parece una película contundente, lo mismo que “Código desconocido”. Hay películas coreanas que me alucinan, creo que soy incapaz de decir el nombre del director correctamente pero están por ejemplo “Oldboy” o “Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera” de Kim Ki – Duk… De directores más convencionales me gusta muchísimo el trabajo de Ron Howard o Robert Zemeckis: me parece que hacen películas comerciales que conectan con el espectador.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Leer, ir de picnic. Preparar el desayuno dominguero con mis hijas. Ver series con mi esposa.

¿Qué es lo que más extrañas del Perú?

Bueno, aquí mis hijas, mi esposa y yo nos hemos cohesionado, nuestra relación es más sólida porque no tenemos esa gran familiota que tenemos en Perú… Pero se extraña la comida, el mar, la posibilidad de hacer teatro, que aún no he podido hacer aquí. Mi librerías favoritas, Sur, Virrey. Y mis amigos de toda la vida, con los que crecí, con los que estudié.

¿Qué le dirías a las personas que están haciendo cine?

Puede que no sea tan joven, pero sigo siendo un director nuevo, ja, ja, ja. Les diría que lo piensen bien cada vez que sientan que llegó el momento de tirar la toalla: porque yo lo pensé varias veces, pensé que de verdad había llegado el momento de abandonar mi proyecto, que no podía hacerlo… y gracias a que lo pensé de nuevo y continué, descubrí que sí podía. Puedo compartir esa pequeña experiencia, decir que la perseverancia ayuda. El camino puede ser un poquito largo.

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.