La Calata Culta Miércoles, 21 marzo 2018

Gahela, mujer trans: «Estamos para pedir igualdad y no migajas»

La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.

El otro día conocí a Gahela. Ella es una chica de 24 años que quiere que le den de una vez su título de abogada de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga, de Ica. Allí estudió derecho durante 5 años. Al finalizar sus estudios presentó los mismos documentos que sus compañeros de aula, pero le dijeron que ella no podía graduarse porque en su DNI figura como hombre. Cuando leí una nota que le realizaron en La República hace unos días pensé “¿Cómo puede pasar esto? ¿Cómo es posible que a esta chica le impidan ejercer su profesión? ¿Dónde va a trabajar? ¿De qué va a vivir? ¿De cortar pelo? ¿De putear? ¿Por qué el estado en lugar de beneficiar al ciudadano lo perjudica?” Así que le escribí un mensaje al Facebook, diciéndole que yo escribía para un portal llamado Utero.pe y que quería entrevistarla. Le dije “Quiero conocerte” y ella me respondió: “Claro, hermosa. Hoy estoy a full en una campaña de esterilización masiva a perritos y gatitos. Mañana puedo ir a Lima”. Me citó en Féminas, una organización de mujeres trans. Llegué a la casa roja y toqué el timbre. Salió Gahela con un vestido de flores y me presentó a su amiga Britany. Me cayó bien, Britany. Les dije para ir al malecón. Conversamos sobre sus días de lucha en Lima. Fue una de esas conversaciones que te conectan con lo verdaderamente importante: los derechos humanos. No tengo que ser trans para darme cuenta de que otra persona está sufriendo delante de mí. Si te interesa el caso, comparte esta entrevista y haz que se visibilice el tema.

¿Dónde vives?

En Ica.

¿Siempre has vivido en Ica?

Sí. Mi mamá es de Ayacucho. Mi papá es de Puno. Yo tengo raíces de serrana y de afrodescendiente.

¿Cómo fue tu infancia?

En el colegio me discriminaban. Y por eso desarrollé una doble negación, no solo a mi identidad de género si no a mis raíces. En la adolescencia empecé a aceptarme.

¿Qué pasó para que te dieras cuenta?

Salí de mi tierra.

¿A dónde fuiste?

A Condega, Nicaragua.

¿Cómo así?

Con un voluntariado.

¿Cuántos años tenías?

18 años.

¿Fuiste sola?

Sí. Antes de eso, ni a Lima había ído. Fue una experiencia muy bonita. Me sirvió para reencontrarme conmigo misma. Para poder extrañar a mi familia. Para ver las necesidades de mi país.

¿Qué hacias allá?

Estaba encargada del tema cultural y el tema de las comunicaciones. Allá me di cuenta de que la gente tenía un patriotismo fuerte.

¿Cómo?

Las personas suelen meditar y analizar por qué son importantes la democracia y los derechos humanos.

¿Ahí empezó tu activismo?

Desde niña soy activista. Yo he organizado esterilizaciones gratuitas, campañas de arborización… Pero después del viaje a Nicaragua regresé sintiéndome orgullosa de quién era. Ahí me comenzaron a interesar las actividades con los jóvenes.

Otras niñas juegan en el parque, ven televisión, ¿por qué se desarrolló en ti ese instinto de pensar en los demás?

Creo que el bullying transfóbico que sufrí en las aulas, el abuso sexual que sufrí en primaria por parte de mi profesor de educación física… Eso hizo que me reprimiera en la etapa escolar. En ese entonces no era muy consciente de qué era la política, pero sabía que me interesaba el tema de la justicia.

¿Por qué estudiaste derecho?

Siempre quise estudiar derecho. Al no encajar en el grupo, me refugié en los libros. No había noche que no leyera. Cuando estaba pequeña fui alcaldesa 3 veces en mi colegio y siempre me preguntaban “¿Qué cosa quieres estudiar?”

¿Qué decías?

Yo decía “derecho y ciencias políticas”.

¿Y tus padres te apoyaban?

Mis padres son de una condición muy humilde. Al principio quisieron apoyarme con los gastos, pero fue imposible. Así que cuando terminé de estudiar la secundaria tuve que trabajar en las agroexportadoras. Porque en Ica hay varias agroexportadoras.

¿De qué trabajabas?

He cosechado uva, palta, páprika. Junté el dinero y postulé a la universidad, la primera vez no ingresé. Volví a postular, y esa vez sí ingrese. Terminé de estudiar y ahí empezaron mis problemas.

¿Qué problemas? 

 Yo inicié mi proceso de transición a la mitad de la carrera de derecho. Decir que he sufrido un montón queda corto. Britany y yo sufrimos de una violencia específica.

¿A qué te refieres?

A la violencia institucionalizada. Cuando terminé de estudiar derecho en la Universidad Nacional San Luis Gonzaga, de Ica, tramité mis documentos al igual que el resto de mis compañeros, pero siempre me decían “No”.

¿Qué más te decían?

El primer pero que hubo fue la foto. Me dijeron Esta persona no eres tú.

¿Personalmente o por escrito?

Personalmente. Nunca me han querido dar un papel. Para mí es importante que me den un documento. Eso me sirve para tramitarlo en un proceso judicial. Al final terminaron por aceptar mi foto.

¿Cómo así?

La Defensoría del Pueblo me ayudó.

¿Y después?

Nunca le dieron trámite a mi bachillerato, hasta el día de hoy. Ahora ya no quiero que solamente pongan mi foto…

¿Si no…?

Yo necesito documentos que me representen. Tengo un DNI que no me representa, y cada vez que lo uso soy víctima de violencia. Por ejemplo, para venir de Ica a esta entrevista tengo que pasar humillaciones innecesarias.

¿Por qué?

Porque tengo que tomar un bus. Entonces le digo a la encargada de la agencia “Buenas tardes, deme un boleto”. Y ella me dice “Señorita, tiene que ser su DNI, no puede ser el DNI de alguien más. Aquí hay un chico” y yo digo “Soy yo”. Y ella ríe y dice “Ay, no me di cuenta de que eras maricón”.

¿Eso te pasa siempre?

Sí, es parte de lo que sufrimos a diario.

Britany: El estado se niega a aprobar una ley de identidad de género. También quiero aprovechar para hacer una denuncia a la Reniec.

¿A la Reniec?

Britany: Sí. Por los obstáculos que nos colocan. La Reniec dice que nosotras, las transexuales, queremos el DNI para casarnos y estafar. Nos dan respuestas absurdas. No se ponen a pensar en todo el daño que nos ocasionan. Nos niegan nuestra identidad. ¿De qué sirve estudiar 5 años una carrera profesional si al final no me van a dar los documentos que validen esos estudios? Tengo muchas amigas que han estudiado medicina, ingeniería, contabilidad, pero no pueden ejercer. Siguen en la impunidad.

Falta un político trans. ¿Has pensado en hacer política?

Gahela: Lo que hacemos es política.

¿Eres feminista?

Gahela: Sí. El feminismo me ha armado de valor frente al sistema. Sin el feminismo seguiría siendo vulnerable. Seguiría sumida en una depresión. Muerta de miedo. Aún tengo miedo, pero con mis amigas del colectivo Féminas siento valor.

¿Cuál es tu lucha?

Gahela: Lucho por las mujeres, por las diversidad sexual, por las poblaciones vulnerables. Y específicamente por la población trans.

Britany, ¿a qué te dedicas?

Britany: Me dedico al trabajo sexual, y soy promotora de salud en el colectivo Féminas. Y también lucho contra extorsionadores.

¿Cómo así?

Britany: Al ver que las autoridades nos tienen olvidadas, los extorsionadores se aprovechan y nos obligan a pagarles “cupos”. Yo hice un trabajo con la Dirincri.

Manya.

Gahela: A las chicas les cobraban 50 soles al día.

¿Y si no les pagas?

Britany: Te pegan. Y nosotras no podemos igualar la fuerza de ellos.

¿Qué hiciste?

Britany: Yo tengo un amigo en la Dirincri. A él le comenté lo que estaba sucediendo en el centro de Lima. Él me ayudó. Me dio las cámaras. Grabé a los extorsionadores. Siempre caían, pero los policías los soltaban. Lamentablemente la corrupción está presente en todos lados. Luego de eso, en octubre, me apuñalaron con pico de botella en el pecho. No sé si habrá sido venganza, no sé. A los de serenazgo les pedí ayuda, pero me dejaron botada en la calle. Me miraron, se rieron y se fueron.

Gahela: Para ellos nuestra vida no vale nada.

¿Qué necesitan?

Gahela: Creo que necesitamos simplificar los trámites. No es posible que los procesos judiciales sean costosos. No es posible que tenga que esperar 10 años para tramitar mi documento de identidad. Y otros 10 años para acceder a mi título.

Esta sociedad las limita.

Gahela: Muchas nos vemos obligadas a salir de nuestras casas, y si no huimos, nos botan. Somos personas que hemos sido rechazadas por sus familias. Britany es de Apurímac y yo soy de Ica. Si nosotras nos damos un paseo en la noche por el centro de Lima y les preguntamos a las chicas de dónde son, muchas nos dirán que son de provincia.

Britany: En las regiones de la sierra la opresión es más fuerte. Allá hay mucha gente que nos mira como si tuvieramos un demonio dentro.

¿Dónde están las trans en Lima?

Britany: Estamos en los peores lugares. Nos obligan a estar como cucarachas. Muchas de nuestras compañeras, en el día no salen. El problema es de la sociedad que no abre el cerebro.

¿Dónde viven?

Britany: Las compañeras viven en cuartos pequeños. Viven pagando 20 o 30 soles diarios. Sin baño. En condiciones insalubres. Muchas no tienen ni agua ni luz.

Gahela: Es loco porque si mañana violan a una niña trans, nadie va a indignarse por eso. Y si violan a una niña hetero, ahí todo el mundo va a protestar. Sin embargo, creo que deberíamos indignarnos por todos. Creo que deberíamos indignarnos por cada ser humano.

 

De la mujer trans nadie quiere hablar.

Gahela: En este momento el señor que está al frente puede venir y golpearnos y nosotras vamos a ir al puesto policial más cercano, y lo único que vamos a recibir es que nos ignoren. Yo creo que aquí estamos para pedir igualdad y no migajas. Y nosotras no queremos nuestros derechos a medias. Queremos nuestros derechos ahora.

¿De qué depende que tengan DNI?

Gahela: Del dinero. Y nosotras no tenemos dinero para gastar en trámites que pueden durar hasta 10 años. ¿Dónde voy a trabajar si no tengo DNI?

Terminaría siendo un proceso solo para los que pueden pagarlo.

Gahela: Hace poco leí un libro que hacia la comparación entre los procesos de cambio de nombre para heterosexuales y transexuales. Dejaba ver cómo el poder judicial realiza un tramite rápido para las personas hetero, y nunca falla en contra del peticionario. Sin embargo, en el caso de las transexuales, no solo es costoso, sino que el proceso es largo y no hay ninguna garantía. Es como dejarlo al azar.

Britany: Y piden que una se haya hecho una cirugía de reasignación.

¿Qué es eso?

Britany: Es una vaginoplastia. Eso nos piden.

Gahela: No solamente es una cirugía costosa: no nos pueden obligar.

En este país no tienes garantías.

Gahela: Yo estoy indignada con todo lo que me está sucediendo. Voy a exigirle a la Reniec que me dé el DNI que me corresponde, para poder acceder a mis demás documentos. No quiero que una niña trans o un niño trans sigan sufriendo. Ni una niña lesbiana, ni un niño gay. Mientras nosotras estamos conversando aquí, quién sabe cuántas personas estén siendo sometidas. No es posible que un candidato a la alcaldía en Arequipa diga que va a implementar aulas correctivas para jóvenes gays. Si esto nos indigna, tenemos que movilizarnos. Las cosas no van a cambiar solas.

Tienes que ir hasta el final.

Sí. Esta lucha no es solo de Britany o mía. Es una lucha de todas las personas. Es como el tema de la esclavitud. No solo es un tema de las personas afrodescendientes, es un tema de todos. Todos tenemos que luchar contra el racismo. Todos tenemos que luchar contra la xenofobia. Todos tenemos que luchar juntos. ■

 

Si quieres escribir, escribirás. Así estés cansado. Con hambre. O con calor. Así no sepas por dónde comenzar. Así no te hayas bañado. Todos tenemos 10.000 historias dentro. Esas historias están esperando salir, pero no salen porque pensamos que debemos estar inspirados para sentarnos ante el papel o la pantalla de la computadora. Y así no es. Uno escribe, con ganas o sin ganas. Uno escribe para saber qué quiere escribir. Uno escribe para entender qué está escribiendo.

Escribe como los primeros habitantes de la Tierra. Escribe como un cavernícola.

Escribe alocadamente.

#ComoMeDaLaGana

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La Calata Culta

Leslie Guevara es directora de la escuela de escritura Machucabotones. Es autora invitada en los libros de relatos "Sexo al cubo", "Hermosos ruidos" y "21 relatos sobre mujeres que lucharon por la independencia del Perú". Es editora del libro “Once Veces Tú”. Ha realizado talleres de narrativa en cárceles peruanas, en coordinación con la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad fundada por el padre Hubert Lanssiers. Actualmente escribe su primer libro.